La materia Latín en el Bachillerato tiene como principal finalidad introducir al
alumnado en el conocimiento de los aspectos esenciales de la lengua y la cultura latina. Su estudio
se ofrece a partir de contenidos lingüísticos y culturales, complementarios entre sí y unidos por su
carácter de aportación sustancial de lo que se conoce como herencia clásica. Esa cualidad de
aportación y pervivencia en la sociedad actual ha de guiar su presentación y dar sentido a su estudio.
La materia persigue, pues, dos objetivos primordiales: iniciar un estudio de la lengua que está en
el origen del amplio grupo de las lenguas romances y conocer los aspectos más relevantes de la
sociedad y la cultura romanas para poder relacionarlos con los del mundo actual.
El primer objetivo ayuda a mejorar el conocimiento y uso de la propia lengua como instrumento primordial de aprendizaje
y comunicación y proporciona una sólida base científica para el estudio y perfeccionamiento
progresivo en el manejo de otras lenguas; el segundo aporta una interpretación ponderada de
la sociedad actual, al facilitar una mejor comprensión de los fundamentos que sustentan y
explican el pensamiento y las manifestaciones culturales de la actualidad, y cuyo conocimiento
ayuda a valorarlas críticamente.
Ambos objetivos colaboran eficazmente en la adquisición de
capacidades básicas y contribuyen al logro de los objetivos de esta etapa.
El estudio de la lengua latina en sus aspectos morfológico, sintáctico y léxico, vinculado al de su
contexto cultural e histórico, contiene en sí mismo un alto valor formativo.
La coordinación de su
estudio con el de la lengua griega invita a la reflexión sobre los mecanismos generales que rigen el
funcionamiento de otros sistemas lingüísticos. Por otro lado, permite comprender la estructura flexiva
de unas lenguas que han servido históricamente de modelo cultural y de base para la evolución de las
lenguas modernas.
Latín de Bachillerato se desarrolla en dos cursos, cuyos contenidos se centran en dos ámbitos
inseparables, la lengua y la cultura, distribuidos en siete bloques en el primer curso y seis
bloques, paralelos, en el segundo: lengua latina, morfología, sintaxis, textos y léxico son los
bloques comunes a ambos cursos. En Latín I constituyen la iniciación y en Latín II su consolidación
y ampliación.
Los bloques, aun formulándose de manera aislada, en la práctica han de tratarse simultáneamente, pues
sólo así adquieren su pleno sentido.
De esta manera se irán desarrollando los contenidos
desde un enfoque esencialmente práctico que permitirá al alumnado, mediante el ejercicio de
la traducción, al que sólo puede llegar a través del manejo de morfología, sintaxis y léxico, y
la lectura de textos ya traducidos, alcanzar un conocimiento básico de los aspectos fundamentales
de la lengua y la cultura latina e introducirse en técnicas muy elementales de análisis y de
interpretación de los textos.